Esta casa rural "Beautiful Alamedas", que fue la casa de mi abuela, la he ido construyendo a medida que he ido escribiendo "El Dios de las Praderas Verdes". Cada detalle, en ella, refleja el deseo de una Persona Altamente Sensible para el confort ajeno; buenos colchones para el descanso, ambientes limpios y atmósferas relajadas, y el rumor del agua corriendo de una fuente nazarí.

 

Siempre pienso que me gustaría llegar a un sitio así, en el que me sienta cuidada y donde mis vulnerables sentidos de PAS se sientan protegidos. Me sentir a salvo y "en casa". Poder descansar cuando esté aturdida o leer un libro que satisfaga mi curiosidad de Persona Altamente Sensible. 

 

El espíritu de esta casa está escrito en el patio interior, donde se puede leer un párrafo de "El Dios de las Praderas Verdes", novela cuya protagonista, Victoria, es una PAS, letras con las que cualquier PAS se sentirá inmediatamente identificado: "Era el dios de la Empatía, de la Sensibilidad y la Ternura... de la Compasión y la Comprensión...". 

 

Invito a alojarse en esta casa, que "he dado a luz" a lo largo de estos años y que rebosa toda mi sensibilidad como mujer y Persona Altamente Sensible. Invito, también, a coaches a organizar aquí sus  encuentros, pues esta casa ha sido concebida para albergar seres humanos sensibles en busca de sentido y respuestas. Se van a encontrar con todo aquello que aparece en la novela; la reserva natural, las manzanas, las frutas de Sebastián, los guisos de Adela, ahora todo con el certificado ecológico... y el sol resplandeciente llamando a su ventana... Y la música, que conmueve e incide en recovecos del alma donde la palabra no alcanza.