La Habitación Ocre está frente a la cocina. La ventana asoma al bonito patio interior, del que fluye el rumor de las fuentes nazaríes. Tiene dos camas de 90x1,90cms, colchones nuevos viscoelásticos, en los que el descanso está garantizado, televisión, baño incluido con ducha. Es recogida, cálida e íntima.
"Si alguna vez has imaginado el lugar de tus sueños, entonces, has llegado a él". Ésta fue una de las frases que leí una vez, hace años, googleando, en la que encontré en una pequeña bodega con viñas experiementales en la Baja California. Me resultó tan evocadora y sugerente que, no sólo es que no la olvidara, sino que ha formado parte del espíritu promocional de Beautiful Alamedas y todo mi proyecto, ya que lo define con las palabras adecuadas.
En este párrafo escribo en primera persona, quizá porque el día y el momento lo merecen, porque tengo la drácena frente a mí, y, más allá, el monte de encinas, pero, lo más seguro, porque hoy he tomado decisiones que cambiarán el rumbo de las cosas, y vea la drácena con nuevos ojos.
Esos nuevos ojos son los que pretendo despertar cuando el viajero llega a Beautiful Alamedas. Unos ojos que, quizá, llegaban con ánimo de disfrutar con su familia o amigos unos días en esta casa, que fue de mi abuela, pero que van a descubrir una realidad nueva: el espíritu que la habita y el alma de la vida.
Esta habitación ocre es una de mis preferidas, y lo es porque es íntima y recogida, refleja unos tonos dorados que le confieren una calidez mágica, y la fuente del patio interior le confiere un encanto especial tras sus cristales; el color y la geometría andalusí de sus azulejos y las luces de ambiente nocturnas, que desvelan secretos de la vida.
Os invito a que vengáis. Era la casa de mi abuela. Una casa antigua, de esas oscuras castellano-leonesas, que he convertido, con el paso de los años, en espacios encantadores llenos de alegría y color, sólo para vosotros.
María José Celemín